DESNUDOS NACEMOS, DISFRACEMOS NOS VEMOS.

Encajemos o no así no mas

Ir en contra de la autoridad es meterse a un saco que más luego será apaleado por estar ocupado. Todo lo que se levanta como una bandera de justicia se convierte en blanco de aquellos que temen perder el control. Así, en cada lucha que se repite, los cuerpos en pie se llenan de cicatrices invisibles que los definen como enemigos del poder. A lo largo de toda la historia hasta la actualidad hay represión y lo sabemos, hay represión étnica, sexual, cultural, laboral, económica y la lista podría seguir porque no hay duda que no solo persisten, sino que también se crean, sistemas de control y formas de represión, lo sabemos, pero ¿qué tanto sabemos? 

Cuando el presente se torna oscuro, inseguro, triste, escaso, inestable, difícil y amenazante es urgente entrar al saquillo. Para llevarlo a cabo propongo el uso del arte como herramienta de combate en contra del enemigo alienante que nos susurra esclavitud desde la nuca hasta ponernos los pelos de punta y de ninguna forma regresamos a verlo porque nos infunden miedo, otro mecanismo de represión, otro toletazo certero en donde caiga. 

El arte puede convertirse en armadura de un duelo a quemarropa con el mando enemigo tal como sucedió en la década de los 70 en medio de una lucha por la emancipación racial y discriminación sistemática hacia las comunidades afroamericanas. Mientras unos imponen su fuerza con el peso de su autoridad, otros, en la sombra de la opresión, levantan su voz como un escudo invencible, una resistencia que no pide permiso, sino que ocupa espacio en un mundo que les ha sido arrebatado. Así, el fuego del opresor se enfrenta a las llamas del resistir, una danza de ataques y defensas, donde cada palabra, cada movimiento, cada ritmo, se convierte en un grito de libertad.

Los habitantes del Bronx (New York) se expresaron y resistieron a través de la creación del género músical Hip Hop. Las disidencias hallaron en su identidad musical un arma para defenderse, con fuertes influencias poéticas y géneros como el jazz, funk, soul, disco, reggae, góspel entre otros; la lucha de los afroamericanos se convierte en arte. Con su música, que no fue creación desde lo sublime y bello como suelen ser catalogadas las prácticas sensibles y humanas, sino desde la rabia y sed de justicia, el arte reafirmó y consolidó identidades y sobretodo el mensaje es claro, los opresores, tienen recursos y medios y muchos saquillos para defenderse, el pueblo tiene derecho a ser irreverente en su arte, aunque le caigan a palo.

En Ecuador el cantante de Hip Hop Mugre Sur llevó a cabo un acto catalogado como terrorista y violento en el Quito fest 2024; una figura de autoridad y de cartón ardió en el escenario al unísono grito de toda una multitud, como parte de su presentación en uno de los festivales de música más grandes de la capital. El acto generó rechazo en el Ministerio de Cultura que, en conjunto con el ministro de Defensa hicieron pública y nacional la noticia del rechazo a los actos “vulgares y narcoculturales” que vayan en contra de la autoridad.

De ninguna manera se puede aceptar que los mismos personajes de siempre violenten la integridad y el orden público. Miles de personas se unieron a levantar la voz porque otras miles huyen hacia quién sabe dónde para no volver y otras miles más sacamos las garras para avanzar, porque todo se siente como ir a contracorriente, cuesta mucho y estamos cansadas ¿Es tan difícil reconocer quién es quién?

 

La violencia normalizada se refleja en los datos oficiales de la UNICEF cuyos números revelan un alarmante incremento de un 640% en los homicidios en niños, niñas y adolescentes entre 2019 y 2023 ¿dónde están los comunicados oficiales al respecto? ¿Qué se puede esperar del futuro con infancias rotas en el presente? Espero que la única respuesta sea rebelión. Cinco décadas después todo se vuelve a repetir, como si la historia fuera cíclica la lucha es por lo mismo; un poquito más de dignidad. Mientras el pueblo carga con el peso del precio por defenderse, la autoridad solo sostiene sus saquillos acumulados de riquezas para aferrarse a su poder. Sin embargo, en medio de esta opresión, el arte es un dispositivo de expresión que se convierte en nuestro refugio, nuestras armas de combate, un espacio donde la resistencia se encuentra y se fortalece, ofreciendo no solo consuelo, sino la posibilidad de reescribir la narrativa de aquellos que luchan por un futuro mejor.

MAKING OF